martes, 22 de abril de 2008

En boca de la Vida

Ella se sentía intimidada.
¿Con quién estás saliendo? – la pregunta a boca de jarro la sorprendió.
No salgo con nadie, te lo juro – fue la respuesta a la madre.
Pásamelo, le ordenó cogiendo el teléfono móvil y empezando a revisar las llamadas entrantes, salientes y el buzón de correos.
Ella en el asiento contiguo, cada momento se sentía más empequeñecida ante la espartana actuación materna.
¿Y con quién vas a salir en la noche?, fue la nueva pregunta.
Quiero salir con los chicos del barrio. No estoy saliendo con ninguno en especial. Sólo quiero salir a divertirme con ellos – fue la explicación susurrante de la hija.
Sofía, tiene 28 años, y una hijita de 6 años. Alejandra, su madre, tiene 50 años.
Ambas están solas, y sus vidas empezaron en forma similar. Pero Alejandra no quiere que su hija y nieta recorran lo que ella tuvo que andar. Quiere un mundo nuevo para ambas, quiere interponerse con fuerza al destino que trata de invadir sus sueños perdidos, pero no olvidados.
Alejandra no sabe que el camino está ya trazado para todas ellas. Todo tiene un precio en la Vida.
Nadie gana siempre y las derrotas son heridas andantes, pero como un día El Guerrero entendió “la copa del sufrimiento no es del mismo tamaño para todo el Mundo”, así Alejandra llegará a vivir su presente y futuro.

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