Lo que tengo muy presente es tu recuerdo, tu presencia y lo que representas para mí. Y esto último me preocupa en parte o en todo. Es incierto, es dudoso, no es claro para mí.
A veces no me gustaría pensar sobre el tema y dejarme llevar por los acontecimientos reales o ficticios que creo que ocurren en el dia y noche. Pero también quisiera alejarme y escaparme de todo lo que significas y de saber de tu existencia.
Cosas mil ocurren y miradas en el espejo se producen en momentos diversos. Me divierto y me entristezco. Tengo emociones encontradas porque siento que ellas ruedan cuesta abajo en muchos amaneceres y cuesta arriba en las noches más profundas y vertiginosas.
Atrapado estoy en mi propio laberinto. Un laberinto querido y también rechazado.
Al final te comtemplo a la distancia y siento que son cursilerias, como las que escucho con Danel F., pero debe ser que hay momentos en los que la Vida pide que hagamos eso: vivir...
Quizás debo aprender a vivir sin tí o contigo sin estarlo completamente. Sólo agradezco la divina oportunidad de sentir casi siempre tu risa contagiosa y saber que estoy en tí en algunos momentos de tu existencia.
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