lunes, 3 de septiembre de 2012

TIEMPO

Tiempo atrás
Tiempo adelante
Cual veloz rayo que cae a tierra, pasas delante mío sin detenerte ni mirarme. Pero lo bueno de tu momento es que logras ser parte mío, a veces breve a veces eternamente.

Hoy te siento como un aliado más; como un espadachín dispuesto a luchar conmigo en todo lo que venga.
Es por eso que te respeto y comprendo tu sabiduría mucho más que antaño.

Es muy cierto que contigo se curan todas las heridas, porque permite en perspectiva ver tantas y tantas cosas que suceden y saber que después de la tormenta viene la calma.

Estoy ahora tranquilo y al mismo tiempo ansioso de saber lo que me deparas dentro de los momentos que vienen,  de las horas, de los días, de las semanas, de los meses. Sé que recibiré lo que sólo tú saber que debo coger; de lo que el destino divino ha señalado.

Por tal, sólo me queda confiar; confiar muy dulcemente en tu sabiduría y no olvidar que realmente tu fuerza es más poderosa que la necesidad humana de atisbar el destino, el mañana.

Ahora me refugio en tí, muy suavemente, muy calmadamente...en tus manos estoy porque he entendido tu mensaje divino.

Gracis...

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